Open Mic de Morras
Nos mitotearon que en la Gloriosa iba a haber el primer open mic de chavas y decidimos lanzarnos. Desde la invitación ya se veía que el evento iba a estar coqueto. Evidentemente no ignoramos el contexto de nuestra nota pasada sobre la comedia sonorense, así que creemos que la banda, más allá del chisme, dijo: ¿Cómo que no hay morras haciendo Stand Up? Y sacaron del clóset de la comedia a más de nueve morras que debutaron en este open mic, algo que nos dio mucho gusto.
La houst fue Grelda —no Glenda, no Imelda: Grelda—, quien tiene una gran combinación de comedia y una cara tan dulce que bien pudiera darte diabetes nomás de verla. Mantuvo siempre una energía chula durante toda la noche, se aventó varia dinámica y, sin duda, nos hizo reír.
La primera en inaugurar el micro fue Ale Rush, quien nos invitó a reír con una apertura sobre cómo Gokú les enseñó a los vatos a ser inservibles. Habló de lo difícil que es cuidarse a una misma y de las consecuencias de las pastillas anticonceptivas, que efectivamente funcionan, porque sus efectos secundarios son la depresión y el poco libido. ¿Por qué querer coger me debe poner triste? ¡Genia!.
Seguimos con Graciela: cuánto flow, una reinota, una perra sorprendente, curvilínea y elocuente. Algo que fue un factor que se repitió esta noche es que las morras saben reírse de sí mismas. Graciela nos hizo reír a carcajadas hablándonos de las peripecias qué es ser una mujer de cuerpo grande y aventurarse en el acto amatorio. Con humor, orgullo y gozo nos habló de lonjas rosadas y vatos que no saben dónde quedan las cosas. Un aplauso de pie pa' la compa.
Después fue el turno de Metz. La conocemos de la impro, se sabe que le gusta hacer reír al público. Nos barajeó varios chistes alrededor de ser actriz, hacer castings y no encajar en el perfil canónico que piden las pantallas. Hermana, he estado ahí. Lo de ella fue una historia que estuvo anunciando que venía: un chiste que se estiraba, se estiraba, hasta que cerró su rutina con el chiste prometido. Fue como antojarte todo el camino para darte el postre al final.
Metz abrió paso a Ana Paula, quien nos habló de su profesión como bailarina de danza contemporánea. ¿Qué es, con qué se come? Su explicación fue visual, en un momento hilarante de movimientos entrecortados y caras chistosas que se volaron la barda. Habló de su formación en la escuela religiosa y de cómo esto le ayudó a observar los privilegios de sus compañeras: ellas tenían mochilas caras, coches, casas grandes... y cerró con este remate hermoso: ellas tenían papá. Jajaja. Un gran punch de cierre, sin duda.
Lidia Real se sube al escenario con gran energía desde el inicio. Habló de sus malas experiencias con vatos y nos soltó también un chiste buenísimo del Libro Vaquero: "Fue el primer libro porno que ví, era el forro interior de una piñata." Mi chiste favorito de la noche. Gran mezcla de risa e inocencia. Cerró con un chiste sobre orgasmo fingido. A las morras también nos pasa... ¡me fingieron un orgasmo! No pensé que algún día una mujer diría eso en un micrófono. Una vez más, agradecí el open mic de mujeres.
Aparece Coral en la escena. Hizo una rutina muy linda. Aunque empezó fuerte. Su tema central fue el propósito de la existencia humana, que desarrolló a través del juego de Los Sims, con una destreza que no intentaré explicar acá, pero que indudablemente nos hizo reír.
Pasó Wendo al escenario, una vibra radiante. Dan ganas de irte a reír al cine con la Wendo. Habló de la maternidad, de amamantar en público, de pasear el pezón, de la vergüenza (pero la de los otros). Nuevamente, agradecí que las morras sepan hacer humor hablando de experiencias propias o cercanas, y no busquen burlarse de otras personas, cuerpos, razas, clases o géneros para poder hacer comedia.
Posterior a eso, tocó el turno de Caracola. Siento que es un pancito dulce, de esas personas que se ríen a sus expensas y se vuelve contagioso. Su rutina fue corta, coqueta y audaz, pero la quisimos mucho.
Comienza el turno de Diana Carvajal. Ella agradeció el espacio: "A mi edad acá andamos aventurándonos a esto." Es maestra. Su rutina fue alrededor de los eufemismos, los regionalismos y los amigos de Chihuahua que te destapan los baños. Sin duda, yo quiero inscribirme en su clase pa’ curarme de la risa.
Qué chingón que este open se convirtiera en un espacio seguro para las primeras veces, para los intentos y para eso de descubrirse en la risa.
Paola Armenta se presenta, nuevamente nos habla de las primeras veces, de los pedos con vatos, de aguantarse los gases y de su gato criticón. Hizo reír no solo a las catlovers, sino a todo el público.
Cerraron la noche con Danna Lilith, quien construyó su rutina alrededor del pésimo servicio del IMSS y de los síntomas de ser asexual. Una rutina chistosa y valiente. ¡Brava!
Me falta hablar todavía de una comediante, de quien no tomé nota porque estaba muy ocupada riendo.
¡La Pily! Esa morra estaba anunciada en el cartel de nuestra nota pasada, pero no fue, desde entonces teníamos ganas de ver su show. A ella se le nota la experiencia en el ritmo y la confianza que sostiene en el escenario.
Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas. Por ahí se les escaparon chistes transfóbicos, ideas biologistas sobre ser mujer, un 80 % del material era hablar de hombres y de querer ser lesbianas. Romantizando las relaciones entre mujeres y disidencias, pensando que la solución a los problemas amorosos con vatos es volverse lesbiana, como si fuera un gusto musical y no una orientación sexual y una posición política.
Como todo, la comedia tiene sus luces y sombras. Al mismo tiempo, creo que primero tiene que existir un espacio donde las morras puedan generar comedia antes de que nosotras mismas podamos ser críticas con las temáticas de las cuales nos reímos.
Porque sí gente: la risa ha sido históricamente política, y ese día se demostró que las morras pueden hacer comedia, que sin duda, no hablan de lo mismo que los vatos. No acuden al chiste fácil de penes, drogas y egos. Las morras nos reímos diferente, son otras temáticas las que nos atraviesan y buscan la risa, como todo impregnadas del sistema, pero al menos unas otras, otra forma, otros discursos.
Es por ello que celebramos mucho este evento, en el que nos la pasamos a toda madre. ¡A ovarios morras! un aplausote bien merecido a todas. Esperamos con ansias la segunda edición.
Si tú intensión es está ir a shows y ver cosss malas, interrumpir y al final solo criticar el trabajo de quejes se suben al escenario, la verdad que desperdicio de trabajo de periodismo y que exceso de aburrimiento diario para que tú mejor "acción" sea una critica
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EliminarLuis Hiram es tan solo un discriminador más navegando envilecido en internet. La única crítica que se señala en el texto es a los chistes transfóbicos y biologisistas tema que a los hombres acomplejados por la heteronorma los tiene reducidos al basurero de la historia y por lo tanto envilecidos. Ellos que sigan llorando, yo por acá me pongo de pie por la agradable labor de capturar con todo entusiasmo eventos artísticos , celebro por este proyecto y por las morras que lo hacen posible. 🎉
EliminarHola Luis Hiram nosotras no hacemos periodismo, hacemos registro, escribimos opiniones, las opiniones son subjetivas y sinceramente si me divierto mucho escribiendo y reseñando, llendo al teatro, siendo público, un público que está vivo, que opina, así como quien toma un micrófono, gajes del oficio.
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